En los últimos meses, la gestión ASG ha sido objeto de intensos debates. Grupos conservadores han cuestionado su validez para los negocios, argumentando que estas prácticas pueden comprometer la competitividad empresarial.

La actual coyuntura representa una oportunidad para que las empresas sean más efectivas y eficientes en sus inversiones en materia de Sostenibilidad.

 

El nuevo desafío:

 

Estamos viendo un debate que crece: en Estados Unidos, diversas empresas han enfrentado críticas por promover políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), siendo etiquetadas de «woke» por algunos sectores.

 

Por otro lado, a pesar de la adopción generalizada de criterios ASG, los avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas están lejos de ser satisfactorios: en promedio, solo el 16% de las metas de los ODS están en camino de alcanzarse para 2030, mientras que el 84% muestra un progreso limitado o incluso una reversión.

 

A pesar de décadas de compromisos corporativos y la inversión en tecnologías limpias, el modelo actual ASG no ha logrado generar cambios a la velocidad necesaria.

 

Según Cambridge Institute for Sustainability Leadership hay que reemplazar el enfoque tradicional de ASG por un modelo de “sostenibilidad competitiva”, donde la sostenibilidad se convierta en un factor clave de éxito empresarial y no solo en un conjunto de compromisos aislados y a años vista.

 

Esto requiere un cambio de mentalidad dentro de las empresas, donde la sostenibilidad no sea vista como una obligación externa, sino como una estrategia para fortalecer la resiliencia y competitividad del negocio.

 

Desde APOYO Comunicación te explicamos cómo podemos lograr mayor eficiencia y efectividad en la gestión de la sostenibilidad en los negocios.

 

El ABC para lograrlo:

  • ALINEACIÓN:Debemos establecer una clara relación entre la gestión de las dimensiones ASG y la Estrategia del Negocio.

 

El punto de partida es efectuar un diagnóstico basándonos en el “proceso de Materialidad”, pero además analizando la efectividad de los programas ASG y su difusión.

 

Es decir, se necesita efectuar un análisis del contexto sectorial y de la competencia, identificar los temas e impactos, conocer las expectativas de stakeholders, pero también, evaluar la efectividad y eficiencia de los programas ASG así como la difusión que se hace en medios, redes sociales y el activismo de los líderes a través de LinkedIn, ya que “lo que no se comunica no existe”.

 

  • BUSINESS PLANNING: Luego debemos diseñar y consensuar un plan que cuente con claros indicadores de desempeño.

 

Es decir, desarrollar un plan de sostenibilidad alineado al modelo de negocio y a sus objetivos de corto y largo plazo, pero además definiendo KPI de resultados y de impactos.

 

Esto implica definir la “ambición estratégica ASG” (que sea SMART); consensuarla con la gerencia general y sus reportes, definir “Hojas de Ruta” por pilares ASG priorizados, y acordar un dashboard de monitoreo frecuente.

 

  • COMUNICACIONES Y CAPACIDADES: Los altos directivos deben demostrar un compromiso tangible con la sostenibilidad, integrando objetivos ASG en la visión y misión de la empresa, y con un plan de formación y sensibilización.
  • En 2024, junto con Perú Sostenible y L+1, efectuamos un segundo estudio sobre cultura y sostenibilidad, en líderes de grandes empresas del Perú. Y algunos hallazgos nos indican cómo podemos mejorar la efectividad de esta dimensión: 49% de las empresas no cuentan con un plan para desarrollar una cultura de sostenibilidad en los trabajadores.
  • 39% consideran que en sus organizaciones se percibe que la sostenibilidad implica costos altos sin retorno a corto plazo.
  • El CEO sigue siendo el principal promotor interno, pero con pocos aliados, a excepción de la misma área de sostenibilidad.
  • Se desaprovecha el uso de redes sociales como Instagram y TikTok, principales plataformas digitales de las nuevas generaciones.
  • Se desaprovecha la gestión de prensa con los medios regionales.

 

Pero también implica fomentar una comunicación transparente sobre las iniciativas ASG, celebrando los logros, pero sin caer en Greenwashing, Social-washing ni ASG-washing. Esto implica: definir las audiencias, los objetivos de comunicación, el tema a posicionar y las “barreras” y los “facilitadores”. Luego definir una estrategia 360º con un concepto y storytelling que permita comunicar con impacto a través de los diferentes canales (prensa, redes sociales, empaques y otros).

 

CONCLUSIÓN

Las empresas que consideran a la gestión ASG como una estrategia central para el crecimiento sostenido y sano del negocio y una nueva forma de concebir las relaciones con sus stakeholders clave, seguirán apostando fuertemente incluso en tiempos de crisis.

 

En cambio, las empresas que la consideran un ejercicio de marketing o de relaciones públicas, sin calce estratégico con el modelo de negocio, ni un plan robusto, o sin integrarla a la cultura de la organización, entonces no dudarán en abandonarla en cuanto la coyuntura se torna difícil y complicada.

 

¿De qué lado se encuentra tu empresa?