Retrocedamos al 2007, cuando ser fan de este género musical era una experiencia completamente distinta: nos conformábamos con videos pixeleados en YouTube, traducciones de dudosa procedencia, redes sociales en su etapa inicial y precios exorbitantes por discos y merch. Aun así, el vínculo con el grupo era más fuerte que cualquier obstáculo tecnológico. Ser fan cuando aún no existía el streaming ni los lives de TikTok fue, sin saberlo, una lección temprana de comunicación, organización y construcción de comunidad. Aprendí que detrás de cada tendencia hay estrategia, y detrás de cada fan, una historia compartida.
Con los años, viendo, escuchando y viviendo de cerca el fenómeno del K-pop, entendí que muchas de sus dinámicas pueden aplicarse al mundo de la comunicación, las relaciones públicas y las estrategias digitales, con resultados sorprendentes.
De los foros al algoritmo: ¿Cómo evolucionó la forma de conectar?
En los inicios del K-pop, ser fan implicaba esfuerzo y organización. Las comunidades se armaban en foros, blogs y grupos de MSN o Facebook, donde compartíamos links y traducíamos contenidos casi de manera artesanal. Hoy, los fandoms se han convertido en verdaderas plataformas de difusión global: utilizan hashtags coordinados, estrategias de streaming y acciones digitales que superan, en muchos casos, las campañas de marketing profesional y sin presupuesto.
Según un informe de Infobae(1), Perú se ubica entre los cinco países latinoamericanos con mayor consumo de K-pop, junto a México, Chile, Brasil y Argentina. En plataformas como iTunes Perú, canciones de grupos como Stray Kids, Seventeen, NewJeans y Aespa ocupan los primeros lugares del ranking musical, mientras que sus conciertos registran aforos agotados en minutos.
Este nivel de organización y compromiso no ocurre por casualidad. Las agencias de K-pop entendieron temprano algo que muchas marcas todavía están aprendiendo: no se trata solo de tener seguidores, sino de construir comunidades activas que se sientan parte de la historia.
Detrás de esa fórmula hay aprendizajes que trascienden la música y pueden inspirar nuevas formas de conectar desde la comunicación y el branding. Estas son algunas de las lecciones más valiosas que el K-pop nos deja.
- Construir comunidad antes que audiencia
Los grupos de K-pop no solo buscan oyentes, sino sentido de pertenencia. Crean experiencias y rituales compartidos: hashtags globales, campañas de streaming, saludos únicos y contenidos detrás de cámaras que refuerzan la conexión. En comunicación, esta lógica se traduce en apostar por relaciones sostenibles, no por impactos momentáneos.
- La constancia genera confianza
Cada comeback, contenido o interacción refuerza la relación con el público. En el K-pop no hay pausas largas: la conexión se mantiene viva con publicaciones, transmisiones y actualizaciones frecuentes, e incluso con servicios de mensajería directa como Bubble o Weverse, que permiten a los fans sentirse cerca de sus idols. Las marcas también deben mantener un ritmo constante, equilibrando presencia con propósito: comunicar solo lo que aporta valor.
- Coherencia visual y narrativa
Desde el concepto de un álbum hasta los clips de TikTok, todo en el K-pop refuerza una identidad sólida. Ese nivel de consistencia es lo que permite reconocer una marca incluso antes de leer su nombre. En PR y branding, la coherencia entre lo que se dice, se muestra y se hace es lo que sostiene la credibilidad.
- La participación crea embajadores
Los fans del K-pop no son espectadores, sino colaboradores. Votan, crean contenido, promueven causas y contribuyen a los logros de su grupo. Involucrar a las audiencias en la construcción de la marca —desde una encuesta hasta un evento co-creado— convierte a los seguidores en voceros espontáneos.
- Escuchar y adaptarse es parte de la estrategia
Las agencias coreanas leen las conversaciones de los fandoms para decidir giras, lanzamientos o productos. Escuchar no es solo monitorear: es entender y responder con acciones. En comunicación, esa conexión con la audiencia permite adelantarse a las tendencias y no perder vigencia.
De los escenarios a la estrategia
El pasado 16 de octubre, Super Junior regresó a Lima como parte de su cuarta gira por Latinoamérica y volvió a demostrar algo que va más allá del espectáculo: la fuerza de una comunidad capaz de sostener a su grupo por más de dos décadas a partir de interacción constante, lives, cercanía y escucha activa. Ese nivel de compromiso no solo llena estadios: también se refleja en cómo estas comunidades consumen, recomiendan y sostienen tendencias a escala global.
Ese comportamiento se evidencia claramente en el mercado asociado al K-pop. La venta de merch original (álbumes, photocards, lightsticks y coleccionables) forma parte de una industria global que proyecta crecer a una tasa anual del 4,2% hasta el 2033(2). De hecho, plataformas como Bunjang reportaban hasta noviembre del 2024 que el 69% de sus transacciones correspondían a la comercialización de merch de K-pop(3), demostrando que los fans no solo escuchan música, también invierten en objetos que fortalecen su vínculo emocional. En Lima, esta tendencia se refleja desde hace algunos años en tiendas físicas y puntos de venta especializados en álbumes y coleccionables, que han surgido para atender a una comunidad con un consumo constante y organizado.
A esto se suma el boom del K-Beauty en el mercado local. Según la Cámara de Comercio de Lima, solo la categoría de tratamiento facial movió alrededor de S/ 970 millones en 2023, impulsada ampliamente por marcas coreanas(4) . Además, el segmento de dermocosmética pasó de representar el 8 % en el 2013 a 38 % del mercado en 2023(5).
Este crecimiento no es casualidad. Es el resultado de comunidades altamente organizadas que recomiendan, legitiman y sostienen tendencias con una fuerza que muchas campañas tradicionales no logran igualar. Para las marcas, ahí hay una lección clave: la fidelización nace cuando se entiende —y se acompaña— el comportamiento real de las comunidades.
Porque eso es precisamente lo que el K-pop ha demostrado durante más de tres décadas: cuando una relación se construye con coherencia, presencia y escucha, la comunidad no solo consume; se queda, participa y hace crecer todo lo que toca. Y en un mercado cada vez más saturado, esa permanencia es el verdadero indicador de éxito.
(1) Infobae Perú: El K-pop muestra su fuerza en Perú: descubre lo más popular en iTunes – Infobae
(2) Market Decipher: The K Pop Memorabilia Market is expected to grow with a CAGR of 4.2%
(3) Korea JoongAng Daily: K-pop merchandise made up 69% of transactions on Global Bunjang
(4) RPP: Peruanos gastarán S/ 970 millones en skincare
(5) Andina: Mercado peruano de tratamiento facial facturaría S/ 970 millones este año