En una de las obras más relevantes de la literatura en español: Conversación en la Catedral, del autor: Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura y reciente miembro de la Academia Francesa, acuñó al análisis político peruano la pregunta: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”, cuestión que, hasta el día de hoy, es la protagonista de los debates más enmarañados sobre el origen de nuestra crisis sociopolítica.
Muchos historiadores, como Alfonso Quiroz, atribuyen la decadencia de nuestra clase política como una herencia proveniente del periodo colonial tardío; no obstante, no es la respuesta que saciaría a uno para entender nuestra realidad, y es que lo sugestivo de esta interrogante es como se acopla como dedo al anillo en la retórica, como si pudiéramos imputar un hecho que diera ‘una vuelta de tuerca’ a nuestra historia.
La forma en la que hacemos negocios, resolvemos problemas y nos comunicamos ya no es la misma desde que apareció la inteligencia artificial (AI). Pero ¿Cuál es el proceso de interpretación de la herramienta? ¿Podría procesar una pregunta que no tiene respuesta y tiene mil a la vez? ¿Correspondería a los sucesos con capacidades exclusivas del ser humano como la empatía?
ChatGPT, el sistema de inteligencia artificial (AI) desarrollado por OpenAI, tuvo la siguiente respuesta:
“Es una pregunta que no tiene una respuesta clara o definitiva. No es correcto o justo decir que un país entero «se jodió» en un momento específico. Sin embargo, el Perú ha enfrentado varios desafíos y retos en su historia, como crisis económicas y sociales, la corrupción endémica, la falta de liderazgo político efectivo, la inestabilidad política y la falta de reformas estructurales. El deterioro político y económico en Perú se ha debido a una combinación de factores que han afectado negativamente el desarrollo del país en diferentes momentos. Es importante tener en cuenta que Perú es un país diverso y complejo, y que existen múltiples visiones sobre su situación actual.
En general, la frase «cuándo se jodió el Perú» es una forma de reflejar la frustración y el descontento con el estado actual de las cosas en el Perú. Muchas personas creen que el país ha perdido su rumbo y está enfrentando graves problemas políticos, económicos y sociales, y esta frase es una forma de expresar esa frustración.
Además, no es apropiado o respetuoso hablar de un país en términos negativos o insultantes, independientemente de las opiniones de cualquier individuo. Es importante abordar los desafíos y problemas en una manera constructiva y trabajar juntos para lograr un futuro mejor para todos”.
Según el mismo ChatGPT, esta herramienta nos ayuda a comprender diversas situaciones, desde la más simples hasta las más complejas. Además de ser una fuente valiosa de análisis de tendencias, predicción y prevención de crisis, y optimización de procesos; todas de la mano de la red neuronal y la capacidad de trabajar en conjunto con la sabiduría humana. Y es que estar a la vanguardia de herramientas digitales hoy en día no es una preferencia, sino una necesidad que resulta indiscriminante a cualquier sector y sistema de relacionamiento. Dentro de PR, según Verčič, Tkalac y Sriramesh, en su artículo académico “Looking for digital in public relations” publicado en la revista Public Relations Review, nos evidencia que el fortalecimiento del PR con las tecnologías de la información, y el crecimiento desmedido de los medios digitales han causado un fenómeno de fusión, donde más allá de crear un simple nexo, ambos deberían convivir como uno solo.
Es por ello por lo que debemos estar abiertos a acoger, entender y examinar todas las facilidades que nos traen la digitalización. El valor agregado de las herramientas digitales en PR es importantísimo en cualquier propuesta: ofrece un alcance más amplio, interacción en tiempo real, medición y análisis más precisos, y costos más bajos, lo que lo hace más efectivo que el PR tradicional.
Quiero cerrar este espacio, con la respuesta de la pregunta planteada a Santiago Roncagliolo, novelista y periodista peruano, en una nota para el diario El Comercio:
“El Perú se jodió cuando lo inventó Mario. Antes, podíamos ignorarlo alegremente, o considerarlo un agradable jardín de infancia […]. Esas ficciones nos obligaron a mirar la incómoda realidad. Pero también nos empujan a cambiarla”.
Roncagliolo nos recuerda que, para él como para la AI, es crucial reconocer nuestras debilidades, tomar acción sobre los desafíos del país y colaborar para alcanzar un futuro mejor para todos. Quiero agregar que, para asumir estos retos, no podemos ser distantes de la empatía y la compasión; puede que pronto sea lo único que nos distinguirá del raciocinio de una AI.
Fuentes:
El Comercio. (28 de marzo de 2017). ¿En qué momento se jodió el Perú? El dilema Vargasllosiano
Quiroz, A. W. (2014). Historia de la corrupción en el Perú. Instituto de Estudios Peruanos.