Hace unos días tuve la oportunidad, no planeada, de poder escuchar una charla de Roberto Canessa. Roberto es médico cardiólogo y conferencista uruguayo, conocido por ser uno de los sobrevivientes al accidente de los Andes de 1972.  

Antes de iniciar la charla, tuve el honor de poder saludarlo en persona y disfrutar otras anécdotas anteriores al accidente, de conocer a Laura, su esposa, escucharlo hablar de sus hijos y, como hasta hoy, sigue en permanente comunicación con los 16 sobrevivientes de la tragedia.   

Su conferencia fue bastante emotiva, real y sacada de una película (literal). Me quedé con algunos aspectos que considero llevaré para siempre, así suene cursi, pero que en lo posible aplicaré en el día a día: 

Liderazgo. Canessa fue una de las dos personas que se vio forzado a salir y buscar ayuda. Si nos ponemos a pensar, ¡qué difícil decisión! Para bien o para mal, estaba ‘seguro’ en el lugar del accidente. Sin embargo, sabía que esa situación podría cambiar de un momento para otro. Y su decisión dio frutos. Al décimo día de caminata, pudo ser socorrido. En el ámbito laboral y personal sucede lo mismo, muchas veces nos vemos obligados a tomar acción. Bien dicen que sin riesgo no se consigue el éxito y esto es una muestra clara de que al final del túnel, siempre hay luz. 

Atreverse, o verse obligado, a dar el primer paso. Cuando les llegó la noticia de que las autoridades habían cancelado la búsqueda del avión, se dio una frase que marcó mucho el rumbo de esta historio: ‘Es una buena noticia, ahora es responsabilidad nuestra salir y hacer que nos encuentren’ (frase referencial). Y sí, si es que esto no hubiera sucedido, era muy probable que los sobrevivientes no hubiesen tomado la iniciativa de salir y lograr que los rescataran. 

El humor es clave. Durante la conferencia, Canessa comentó que, durante los días que el grupo esperaba, las conversaciones se daban sobre lo que cada uno desearía hacer, imagino yo, que uno de los personajes imaginaba estar en una tarde calurosa con una parrilla, con amigos y familia. Alguno le reprochó que hablaba incoherencias y su respuesta fue “a ti no te voy a invitar por renegón”, lo que generó la risa de todos. Si bien hay situaciones complicadas en la vida, recordemos que la risa relaja, y nos ‘descontractura’. Necesitamos reír más. 

Confianza en sí mismo. Un aspecto que me llamó la atención fue la postura que tuvo Laura Canessa. Cuando sucedió el accidente, Roberto tenía apenas 19 años, había llevado algunos cursos de medicina y tenía una novia llamada Laura. Ella fue una de las pocas personas que siempre creyó que Roberto estaba vivo, y aunque llegó un momento en el que consideran que había perdido la cordura, finalmente tuvo razón. Hoy Roberto y Laura llevan más de 45 años de casados. Y es que cuando las cosas van mal o el riesgo es altísimo, son pocas las personas que siguen firmes hasta el final. Necesitamos tener más personas como Laura cerca de nosotros. 

Finalmente, quiero compartir la parte que me llamó más la atención de toda la conferencia.  

Cuando empezaron a ver formas para derretir el hielo y poder hidratarse, se dieron cuenta que el aluminio de los asientos era un buen aliado. Lo primero que hizo uno de los sobrevivientes fue llevar agua a un compañero herido. Cuando le consultaron por qué no bebía él primero, respondió: “mi compañero está peor, él no puede moverse”. Y la conclusión de Canessa fue “no te canses de ser bueno”. Esta frase, corta pero potente, resume todo lo que pasaron esas 16 personas. Si sobrevivieron fue porque siempre pensaron en el grupo.