Los resultados mostraron que hay una mirada estratégica de alto nivel, pero es menos favorable cuando se tarta de pasar a la acción y medir con indicadores.

La sostenibilidad empresarial podría ser definida como un sistema de gestión que busca conciliar los objetivos económicos de las organizaciones, con el respeto al medio ambiente y el bienestar social. En simple, implica gestionar tres dimensiones; la económica, la social y la ambiental.

¿Qué tanto han avanzado las empresas en este tema? Solo cerca de la tercera parte (30.4%) de las compañías estaría en etapa de “transformativa”, es decir, ya son modelos de negocios sostenible, según un estudio elaborado por APOYO Comunicación y L+1, sobre la base de una encuesta a CEO y gerentes involucrados en la gestión de la sostenibilidad.

“Hemos logrado identificar que todavía hay ‘puntos ciegos’ o barreras que impiden que incluso estas empresas que están altamente interesadas en el tema puedan transitar a la etapa transformativa”, explicó César Vieira, coordinador de Proyectos de Cultura Organizacional e Insights en APOYO Comunicación.

Un reto para dar el salto -reconoció Vieira- es lograr que la sostenibilidad se ejecute de manera transversal en toda la organización. La encuesta reveló que el rol de impulsar la gestión sostenible se concentra en los CEO y dicho rol disminuye a medida que se desciende en el nivel de mando.

“Hace falta entender la gestión de la sostenibilidad como parte de la cultura. El reto pendiente es que el liderazgo en sostenibilidad permee en todos los niveles de liderazgo”, apunta el estudio.

Incluso, cuando se habla de liderazgo en la vocería externa, es decir quienes llevan los mensajes de sostenibilidad hacia afuera de las empresas, también recae en los CEO. Una vocería descentralizada y orgánica a través de todos los líderes sería todavía un tema pendiente en varias empresas, apunta el documento.

Un segundo reto es lograr que las empresas pasen a la ejecución, es decir, que haya un cambio de mindset.

Esto se refleja en la medición de tres ejes: mirada estratégica de alto nivel, medición de indicadores e involucramiento de las gerencias. Los resultados mostraron que disminuye el puntaje promedio otorgado al pasar a la acción y medir indicadores.

Para Susana Eléspuru, presidente de L+1, “es un hecho irrefutable que sin impactos positivos hacia la sociedad y medio ambiente, las empresas fuera del ámbito ASG (ambiental, social y de gobernanza) tarde o temprano sufrirán irreparables pérdidas de reputación que vendrán de cualquier parte del ecosistema. No solo es hacer el bien ahora, sino también velar por la sostenibilidad futura”.

Incentivos para la sostenibilidad

Mirada a los sistemas de evaluación y reconocimiento

César Vieira, coordinados de Proyectos de Cultura Organizacional e Insights en APOYO Comunicación, explicó que si bien se planeta que es “necesario impulsar la gestión de sostenibilidad desde un enfoque de transformación cultural”, para poder hacerlo consideró que se debe incentivar a los colaboradores y líderes de todo nivel para que se comprometan con la estrategia. “Una forma de hacerlo es a través de incentivos. Hay dos formas de incentivos: a través de supeditar los bonos de los ejecutivos a algún objetivo de sostenibilidad en las evaluaciones de desempeño”.

Justamente, cuando se analiza esto a través de la encuesta, se muestra que estas todavía no serían prácticas generalizadas. Además, la importancia que le dan a la sostenibilidad todavía no se refleja en KPI (Key performance Indicators o indicadores clave de rendimiento) para medir el desempeño de los trabajadores.

“Lo que estamos viendo es que este tipo de prácticas de incentivar a partir de estos mecanismos a los colaboradores todavía no son prácticas recurrentes. Son pocas las empresas que están totalmente de acuerdo con que esas prácticas se implementen dentro de sus organizaciones”, puntualizó Vieira.

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Fuente: Diario Gestión, por Whitney Miñán Cabeza