El Perú sigue siendo uno de los 6 únicos países en toda América del Sur que aún no legaliza las uniones entre personas del mismo sexo y si hablamos del reconocimiento de las identidades trans, la situación es aún más precaria. No debería extrañarnos entonces que el 76% de las personas LGTBIQ+ que migran a otros países no tengan intenciones de volver, según data de la organización “Más Igualdad”. Después de todo, retornar implica enfrentarse nuevamente a un contexto hostil en el que no pueden desarrollarse adecuadamente.
Esta situación no es nueva y abarca diversos aspectos de nuestras vidas, incluyendo el ámbito laboral, sobre el cual me gustaría hablar ahora. Recordemos que el trabajo no solo es fundamental para el sustento de cualquier persona, sino que también representa uno de los espacios donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en la semana y donde interactuamos con un número recurrente de personas, sea de forma presencial o remota.
Sentirnos cómodos en este ámbito, entonces, es fundamental para nuestro correcto desempeño y consecuente calidad de vida. Algo que, lamentablemente, aún no se ha logrado efectuar en muchos casos. Como demuestra el estudio “Índice de Igualdad Corporativa” de la organización Human Rights Campaign, el 35% de los trabajadores de la comunidad LGBTIQ+ en el mundo se sienten obligados a mentir en el trabajo sobre sus vidas personales, un 50% oculta quién es en su oficina y un 62% escucha bromas ofensivas en torno a su orientación sexual y/o identidad de género.
Pese a la situación mencionada, algunas empresas han decidido apostar por el reconocimiento de nuestro talento, lo que se ha visto traducido a su vez en una serie de beneficios internos. Entre ellos, los siguientes:
1. Innovación: La diversidad en el lugar de trabajo, incluyendo la diversidad sexual y de género, es una fuente inagotable de ideas frescas y perspectivas innovadoras. Las personas LGTBIQ+, aportan experiencias y puntos de vistas distintos que pueden retroalimentar sesiones de brainstorming e incluso percibir situaciones de riesgo que, para otros, pueden estar normalizadas. Asimismo, un equipo diverso es más propenso a generar soluciones originales y a abordar problemas desde ángulos diferentes, lo cual es esencial en un mundo empresarial en constante evolución. Tal y como lo demuestra el estudio “La importancia de la gestión de la diversidad cultural en las empresas” de Barquín Pardo para la Universidad Pontificia Comillas (2021).
2. Mejora del Clima Laboral: Un ambiente laboral inclusivo y respetuoso no solo beneficia a las personas LGTBIQ+, sino a todo el personal. Cuando los empleados sienten que pueden ser ellos mismos sin miedo a la discriminación o el prejuicio, su nivel de compromiso y satisfacción laboral aumenta, tal y como indican expertos de la Red de Recursos Humanos (2023). Esto, a su vez, se traduce en una mayor productividad y lealtad hacia la empresa. Además, una cultura organizacional inclusiva envía un mensaje positivo tanto a los empleados actuales como a los potenciales, reforzando la marca empleadora de la empresa.
3. Impacto en la Imagen Corporativa: Las empresas que abogan por la inclusión y el reconocimiento del talento LGTBIQ+ pueden mejorar su reputación y fortalecer su imagen corporativa. En un mercado cada vez más consciente y exigente en términos de responsabilidad social y reconocimiento de derechos, los consumidores prefieren apoyar a las marcas que demuestran un compromiso genuino con la igualdad y la diversidad, según estudios del Centro de Reputación Corporativa de ESE Business School (2020). Esto no solo ayuda a atraer y retener a clientes leales, sino que también abre nuevas oportunidades de negocio y colaboraciones con otras organizaciones que comparten estos valores.
Reflexión Final
Si bien aún hay mucho camino por recorrer en el ámbito de reconocimiento de derechos dentro del entorno laboral, podemos ser agentes de cambio dentro de nuestras empresas y promover políticas que busquen resaltar a los líderes algo innegable, que la inclusión es beneficiosa para las organizaciones. No obstante, tiene que estar respaldada por acciones concretas y no solo palabras bonitas, por lo que ser vigilantes del cumplimiento de este tipo de implementaciones también es parte del proceso que no podemos descuidar.
Sin más que agregar, ¡feliz mes del orgullo!