Por mucho tiempo, las mujeres se han mantenido apartadas del ámbito científico y tecnológico, esto debido a los prejuicios y estereotipos. De hecho, son varias las científicas que no han tenido visibilidad. Como es el caso de Mileva Maric – esposa de Albert Einstein- que sacrificó su autonomía científica por el amor y la reputación de su esposo, pues no estaba bien visto que una mujer se desarrollara en este ámbito en aquella época.

Si bien esta realidad ha ido cambiando, en la actualidad el porcentaje de mujeres dedicadas a la ciencia, tecnología e innovación en el Perú es de un 34% [1]del total de profesionales registradas en el directorio nacional de Investigadores e Innovadores (DINA).

En esa línea, la igualdad de género es uno de los mayores desafíos que seguimos enfrentando, pues vivimos en una sociedad machista, lo que se hace evidente a través del informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el cual indica que, durante el 2020 – año en el que comenzó la pandemia – la participación laboral de las mujeres disminuyó de 52% a 46%, mientras que la de los hombres fue de 73.6% a 69%[2].

¿Qué podemos hacer para romper los estereotipos? Implementar programas sociales que entreguen oportunidades a las mujeres para desarrollarse e integrarse al mercado laboral, así como políticas empresariales que les permita la conciliación entre la vida laboral y familiar. Además, de crear conciencia en las personas – sobre todo en las mujeres – para que identifiquen situaciones o comportamientos machistas, ya que muchas veces se presentan sin que se den cuenta.

En estas últimas semanas pude escuchar el testimonio de Maribel Maza, una joven que por falta de recursos no podía acceder a un curso de programación. Sin embargo, a través de ONE lo está haciendo. El programa ONE – Oracle Next Education- busca apoyar a las personas que no tienen acceso a educación superior para que cuenten con las herramientas necesarias y así puedan enfrentarse al mundo profesional y que esto a su vez, genere un impacto positivo en sus vidas.

Así como ella, otros 450 jóvenes tendrán la oportunidad de incorporarse al mundo laboral, al concluir el programa y cambiar su vida.

ONE no solo entrega educación, sino independencia económica, acceso al mercado laboral y a su vez oportunidades a personas que no cuentan con los medios necesarios. Pero lo más importante es que el programa contribuye y promueve igualdad de oportunidades para tener un país más equitativo para todos y todas.

Lograr que acciones como estas se vuelvan una realidad depende de los líderes que están detrás, no solo de las campañas, sino de las empresas. Es importante que busquemos más que impulsar mensajes y tener un lindo aviso, impactar en la vida de otras personas y en nuestra sociedad. En ese sentido te invitó a retarte y a trabajar para que más personas como Maribel puedan cambiar sus vidas.


[1] Fuente: CONCYTEC Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica

[2] Fuente: Informe especial de CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe febrero 2021